Artículo de opinión de CERAI Aragón
Sentimos en el bolsillo la subida de precios de los alimentos. Se escucha constantemente que la producción de alimentos debe aumentar, que la agroindustria es la única que puede asegurar precios y que la producción ecológica no es el camino para garantizar el final del hambre. Pero, ¿cómo podemos sostener estas afirmaciones? Lo cierto es que las estimaciones actuales indican que cerca de 721 millones de personas en el mundo padecen hambre y, en paralelo, un tercio de los alimentos se desperdician. A su vez, el 53% de la población española adulta está por encima de su peso, un 17% sufre obesidad y se estima que 6 millones de personas sufren diabetes. Todo esto pone en evidencia que existe un reparto injusto de los alimentos: mientras en los países enriquecidos la gente enferma por exceso de comida y se tiran toneladas de alimentos, en los países empobrecidos mueren por no alcanzarla.
La subida de precios está directamente relacionada con la crisis energética, ya que el sistema de producción industrial se sustenta en la distribución de alimentos a grandes distancias, con el uso de fertilizantes y agrotóxicos que dependen directamente del petróleo. Aparte de que la distancia inevitablemente encarece el precio, ¿es necesario producir los alimentos tan lejos? Parece que se acerca el fin de la era del petróleo y empezamos a sentir el coste real de los productos que dependen de él.
Estamos ante una huida hacia adelante y por el camino vamos destruyendo el planeta con un sistema de producción de alimentos que expolia recursos, contamina y está totalmente desvinculado de la naturaleza. Vivimos una profunda crisis climática, energética y social —todas están estrechamente relacionadas— y, una vez más, quienes están sufriendo sus consecuencias son los menos responsables.
Tanto la FAO como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señalan al sistema alimentario como uno de los sectores clave para abordar los retos ambientales y climáticos a los que nos enfrentamos. A nivel mundial, se estima que el sistema alimentario es responsable de entre el 21 y el 37% del total de las emisiones netas de gases de efecto invernadero a nivel mundial, principal causante del cambio climático. Y España, sigue la misma tendencia.
¿Cómo quieres que se alimente tu familia? Existen alternativas al sistema de producción, distribución y consumo actual que proponen un modelo sostenible en cuanto a recursos, respetuoso con el medio ambiente y justo socialmente. Hace décadas que desde instancias científicas y organismos internacionales confirman que la agroecología es la herramienta esencial para poder alimentar de manera sana, sostenible y justa a la humanidad, ahora y en el futuro. Defendamos, entonces, un sistema alimentario, ecológico, de temporada y de proximidad.
El Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI) lleva más de 25 años trabajando para promover sistemas alimentarios y medios rurales sostenibles que garanticen el derecho a la alimentación, la soberanía alimentaria, los derechos de las comunidades rurales y la conservación de los ecosistemas. La alimentación sostenible mejora la eficiencia de la producción, reduce emisiones y fomenta el consumo consciente: es clave en la solución al cambio climático.

Dinamizadoras de la agricultura sostenible en Trarza (Mauritania) / Pablo Santana
Alimentos para el futuro
CERAI Aragón, a nivel territorial, desarrolla proyectos para garantizar el acceso a una alimentación saludable y sostenible en el ámbito escolar, ofreciendo a la comunidad educativa herramientas para tomar decisiones acordes con la salud de las personas y del planeta. En el Pirineo y Prepirineo Aragonés, apoya a pequeñas empresas agroalimentarias, como la iniciativa ‘Mincha d’Aquí’, que pone en valor la producción y venta de alimentos con arraigo en el territorio.
A nivel internacional, CERAI Aragón está impulsando el desarrollo de huertas sostenibles en Mauritania, tanto a nivel individual como en cooperativas, en su mayoría de mujeres. Igualmente, en Bolivia apoya el desarrollo local sostenible, participativo y equitativo dirigido a la adaptación y mitigación frente al cambio climático.
Colaborar y cooperar con la naturaleza es la hoja de ruta, que defiende CERAI, para garantizar alimentos saludables para que todas las personas disfrutemos de buena salud y asegurar las necesidades de las generaciones futuras.
*Artículo publicado originalmente en el Periódico de Aragón.