«Me pregunto cómo sería vivir en un mundo donde siempre fuese junio». Pues quizá en unos años, debido a los efectos del cambio climático, podamos responder a Anne Shirley, la inolvidable protagonista de ‘Ana de las tejas verdes’, novela escrita por la canadiense Lucy Maud Montgomery. Pero por ahora, el verano se extenderá sólo, oficialmente hablando, hasta el 22 de septiembre, y hay muchas formas de vivirlo. Desde CERAI, te invitamos a apostar por fórmulas que sean ecológicas y sostenibles a nivel social y ambiental. ¿Por qué? Porque tus hábitos de hoy garantizan un mejor presente para ti y para todas, aquí y allá, además de la existencia de un futuro sostenible.
No comas naranjas en agosto ni uvas en abril
Empezamos por un clásico que no pasa de moda, aunque cambiemos de estación. Comer frutas y verduras kilométricas o fuera de temporada tiene un gran impacto medioambiental, también para tu salud y la de tu bolsillo. Porque posiblemente pagues por estos productos que no son de temporada un precio más caro y además, obtengas menos nutrientes.
En verano tienes una gran variedad de frutas y verduras: ciruela, cerezas, melón, melocotón, sandía, judías, lechuga, pepino, tomate, berenjena… Una fiesta de sabores y texturas diversas, cuyo consumo favorece tu salud, una economía sostenible y un medio ambiente más limpio.
Además, recuerda esto: el hecho de que las frutas y las hortalizas crezcan siguiendo su ciclo natural hace que conserven todas sus propiedades nutricionales, lo cual supone que su consumo sea altamente beneficioso para tu salud. Sus propiedades nutricionales ayudan a tu organismo a estar preparado ante las características climáticas de cada estación. Y sí, las frutas de verano, que contienen un mayor porcentaje de agua, te ayudan a combatir la deshidratación provocada por las altas temperaturas.
¡Come de temporada y de proximidad, por tu salud y la del planeta!
Protégete del sol con cremas que no sean tóxicas para los océanos
En verano, bajo el sol es imprescindible una buena hidratación y protegerte del daño que puede causar la radiación UVB/UVA a tu piel. Pero, ¿conoces el efecto contaminante que tienen algunas cremas? Solo un ejemplo, voces expertas estiman que entre 6.000 y 14.000 toneladas de crema solar se liberan cada año en áreas de arrecife de coral potenciando su blanqueamiento y en consecuencia, la muerte del coral.
Por ello, busca productos libres de oxibenzona y octinoxato. Y evita siempre aplicarte la crema justo antes de tomar un baño. Solo entonces, ¡disfruta del sol y del mar!
Los festivales son para el verano, pero con sostenibilidad mejor
Los festivales son otra de las citas fijas del verano. Y para convertirlos en espacios de ocio más sostenibles hay ciertas cosas de las que puedes responsabilizarte.
Algunas de estas cosas que son bien fáciles de hacer: elige viajar en transporte público, para así reducir emisiones; recicla todo lo que uses y también reutiliza, pues los vasos que usaste el año pasado pueden servirte para este; y si utilizas purpurina, que sea biodegradable, ¡por favor! Parece inofensiva, pero la purpurina tradicional, hecha de plástico, es muy contaminante y acaba en los océanos. ¡Nunca máis microplásticos!
El agua, un recurso imprescindible no solo en verano
Según el último informe mensual del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el 25,1% del territorio nacional se encuentra en situación de emergencia (6,5%) o alerta/excepcionalidad (18,6%) por escasez de agua. Por ello, hacer un uso consciente del agua es imprescindible también en verano. Y para ahorrar agua cada día puedes hacer pequeños gestos con un impacto muy positivo.
Algunos básicos: no dejes correr el agua, cierra el grifo; cuando pongas una lavadora, llénala; prioriza la ducha al baño; y si tienes plantas en casa, mejor riega a primera o última hora del día para evitar que el agua se evapore.
Turismo sostenible
En tiempos de turistificación, si viajas, hazlo de manera responsable. Para ello, elige hoteles y hostales que incorporen políticas de sostenibilidad. ¿Qué significa esto? Pues, por ejemplo, que no lavan las toallas y las sábanas a diario.
Elige también alojamientos que respeten los derechos laborales de sus trabajadores y trabajadoras. Por ejemplo, las Kellys hicieron un listado de hoteles éticos en Sevilla. Ante cualquier duda sobre cualquier otra ciudad, contacta con la asociación.
También es importante que te inclines por comprar productos locales, porque si viajas a Cabo Verde, ¿qué sentido tiene comprar una camiseta que ponga I love Cabo Verde, hecha en Bangladesh? Mejor “lo auténtico”, lo único, lo que sólo puedes encontrar allí. Prioriza un turismo ético, es decir, ten en cuenta el impacto de tus acciones en el medio ambiente, la economía y la sociedad del territorio visitado.
Y aunque te la vendan como la mejor opción, huye de plataformas alternativas a los hoteles y hostales. Es una realidad que estas aparentes mejores opciones gentrifican los barrios de clase trabajadora. Y las consecuencias son que las vecinas y vecinos del barrio se ven obligadas a abandonar sus hogares tras un aumento de los alquileres y del precio del metro cuadrado. ¡Practica un turismo por el que si tú vas, nadie más haya de marchar de su casa!