Abou Abdoulaye, encargado de proyectos en Mauritania
El 8 de septiembre celebramos el Día de las Personas Cooperantes, una fecha dedicada a reconocer el trabajo de las personas profesionales de la cooperación, que ponen todo su esfuerzo en trabajar por los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza en diferentes partes del mundo. Las personas que trabajan en cooperación desempeñan un papel crucial en la búsqueda de soluciones a los desafíos globales que enfrenta la humanidad, como el cambio climático, la desigualdad económica, la pérdida de biodiversidad o la seguridad alimentaria. La elección de esta fecha conmemorativa se remonta al 8 de septiembre del año 2000, cuando se adoptó la Declaración del Milenio en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas.
En CERAI cooperamos en 11 países, además de España. Nuestra misión se centra en respaldar la transición hacia prácticas agroecológicas y el desarrollo rural desde una perspectiva campesina, abogar por un sistema alimentario equitativo y sostenible mediante la participación ciudadana y la acción política, y contribuir a la generación de conocimiento y la innovación a través de colaboraciones con otras organizaciones.
Las personas técnicas de cooperación expatriadas que trabajan en nuestra organización a menudo desarrollan su labor en condiciones difíciles y desafiantes, lejos de sus hogares y familias, para brindar apoyo a las comunidades que más lo necesitan. En la actualidad, las personas cooperantes con las que cuenta CERAI son Amagoia Labarga (Senegal), Abou Abdoulaye y Diego Sánchez (Mauritania), Alessandro Del Forno (El Salvador), Francisco Cacheira, (Cuba), Adriano Palma (Cabo Verde) y Víctor Martínez y Mohamed Embarec (campamentos de refugiados saharauis).
Amagoia Labarga, que trabaja en Senegal, recuerda que la cooperación no se trata de caridad, sino de justicia y equidad en todas sus dimensiones. «Encontrar una familia laboral (CERAI) que tiene una filosofía de trabajo que coincide con la mía propia, no basada ni en la pena ni en la caridad, sino en la justicia —justicia en tantas dimensiones como la agroecología alberga— es y ha sido una dinamo para avanzar en mis convicciones y en mis formas de vivir y ser parte de la sociedad, aquí, ahí y allí», explica.
Abou Abdoulaye, encargado de proyectos en Mauritania, afirma que su inspiración para hacer este trabajo es la mejora de la calidad de vida y la promoción de la convivencia global en un mundo interconectado. «Mi motivación para ser cooperante es de poder contribuir a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones desfavorecidas, de fomentar la convivencia entre los pueblos del planeta, de intercambiar conocimientos y aprendizajes titulares de obligaciones, responsabilidades y de derechos», relata el cooperante.
Por otro lado, Diego Sánchez, también desde Mauritania, revela que su motivación para ser cooperante es «la solidaridad y la oportunidad de ponerla en práctica a tiempo completo». Sus palabras resaltan la importancia de la solidaridad y la acción concreta en la lucha contra la vulnerabilidad en comunidades afectadas por desastres y conflictos. «Realizar esta labor en los países destinatarios de la ayuda, formando parte activa in situ de una cadena de ayuda, define particularmente esta vocación», asegura.
Por su parte, Francisco Cacheira, en su labor en Cuba, informa sobre la compleja situación económica en la isla y el papel crucial de CERAI: «Actualmente, la inflación en Cuba se eleva al 40%; cifra que se acrecienta de forma imparable…». Cacheira destaca la necesidad de equilibrar la producción alimentaria en tiempos de dificultad económica: «Por ello, desde CERAI, trabajamos para buscar un equilibrio que repercuta positivamente en una producción alimentaria en cantidad y calidad suficientes».
Finalmente, Víctor Martínez, desde el Sahara, emite un llamado a la acción y la solidaridad global: «Hoy, por el día de las personas cooperantes, queremos reivindicar la esperanza y solidaridad… Dónde cada una, desde su posición y posibilidad, decide cargar y encarar la realidad, cuestionándose los sistemas, las dinámicas y las posiciones que perpetúan diferentes injusticias para la ciudadanía global». Sus palabras subrayan la importancia de la colaboración y el cuestionamiento de sistemas injustos.
Estas personas cooperantes, a pesar de trabajar en contextos diversos, comparten un compromiso común: contribuir al bienestar de comunidades vulnerables en todo el mundo, promoviendo la justicia, la solidaridad y la convivencia global. Sus experiencias y palabras son un recordatorio de la importancia de la cooperación internacional en la construcción de un mundo más equitativo y sostenible.
Un día para reivindicar
El Día de las Personas Cooperantes, sirve también como recordatorio de la importancia de la cooperación internacional y el compromiso compartido para abordar los problemas más urgentes de nuestro tiempo. Desde la Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, este año pone el acento en la importancia de la cooperación descentralizada. Por el momento, ninguna comunidad autónoma cumple aún con el compromiso de destinar el 0,7% del presupuesto a políticas de cooperación, pese a que la práctica totalidad de los partidos políticos firmaron este compromiso.