
El miércoles 17 de junio organizamos desde CERAI la cuarta charla dentro del ciclo ‘Conversaciones para un post Covid-19: La alimentación sostenible como garantía de futuro’, con la participación de Nani Moré, directora de Menjadors Ecològics y Susanna Ferrando, productora agroecológica de Camí de l’Horta, en el marco de las actividades del proyecto ‘La Sostenibilitat al Plat’.
Introdujo el conversatorio Nerea Álvarez, técnica de Comunicación y Educación para la Ciudadanía Global en CERAI, quien hizo referencia a las conclusiones del Comunicado del Panel Internacional de Expertos sobre Sistemas de Alimentación Sostenible (IPES-Food), de abril de 2020, sobre el COVID-19 y la crisis en los sistemas alimentarios.
Este informe acaba con una afirmación “la solución pasa por un cambio de paradigma de la agricultura industrial a sistemas agroecológicos diversificados y es más urgente que nunca”. Parece una solución obvia, pero falta hacer mucho trabajo, decía Nerea, para llegar a esa transición, y “una de las tareas por las que creemos que se debe de empezar es plantearnos cómo gestionamos la compra pública y la conexión del sector productivo de proximidad y agroecológico”.
Así daba paso a Susanna Ferrando, productora agroecológica de Cami de L´Horta, en Godella (Valencia), quien habló de la importancia de la compra pública para la consolidación de los proyectos de pequeña producción y de la necesidad de implicación de la administración pública. S. Ferrando presentó en primer lugar la iniciativa de “Camí de l’Horta” como la confluencia de dos proyectos: la defensa de una agricultura sostenible, local, ecológica y de temporada; y la necesidad de potenciar una alimentación saludable mediante el trato directo en la venta directa.
“Para defender la huerta es necesario que haya agricultores y agricultoras. Somos garantes de que haya despensas de alimentos de calidad que nutren”, decía la productora para reivindicar que la alimentación es un derecho fundamental para la ciudadanía. “Esto implica un cambio en la manera de alimentarnos y de concebir la agricultura sostenible como un derecho fundamental que se debe reclamar a las administraciones públicas”, afirmaba Ferrando, “pero observamos una falta de voluntad política en general”.
Sobre la compra pública, S. Ferrando indicaba que es una herramienta que tienen las administraciones para dar ejemplo a la sociedad en la transición a un modelo de alimentación más sostenible, sano y respetuoso con el medio ambiente. Además, “la compra pública también permite a agricultores y agricultoras poder organizar su calendario de cultivos”, lo cual da opciones de futuro.
Sobre la organización de agricultores y agricultoras, que se suele mencionar como una carencia de los pequeños proyectos de producción agroecológica, Susanna indicaba que sería muy interesante contar con el apoyo de técnicos de la administración pública para organizar centrales de compra y mejorar las vías de comercialización de estos proyectos.
Para acabar su intervención, la productora de Camí de l’Horta denunció el encarecimiento de los productos alimentarios por los intermediarios, recordando las tractoradas que hubo antes de la crisis de la COVID-19 en España para denunciar que las ventas no logran cubrir los costes de producción, mientras los precios en los supermercados se inflan. No obstante, dijo Susanna estas protestas han vuelto a caer en el olvido, pues “el confinamiento nos ha hecho consumir más en casa, pero seguimos viendo patatas y cebollas kilométricas, mientras se pagan mal a los productores de l’Horta”.
Platos llenos de comida y de valores
Tras la intervención de Susanna Ferrando, tomó paso Nani Moré, fundadora de Menjadors Ecológics y directora del documental El Plat o la vida, quien reflexionó desde la práctica sobre el coste del menú, el trabajo en cocina, la conexión con el sector productivo y las cocinas comunitarias. “Con la crisis de la COVID-19, parte de la población ha podido identificar una problemática en torno a la necesidad de un cambio de modelo alimentario, que muchas organizaciones venimos tiempo demandando”, iniciaba Nani Moré.
Como ejemplo práctico para enfocar la necesidad de este cambio de modelo, Nani habló de los comedores escolares, de las cocinas in situ y del precio del menú. “Una administración, cuando construye una escuela, debería aportar porque tenga una cocina, pues lo contrario es basar la alimentación escolar en una comida transportada, que nunca se llega a amortizar, ni es un servicio sostenible”, explicaba Nani. Sobre el precio del menú, recordó que hay una disparidad de modelos de costes de menú, pero 3 partidas determinantes: el presupuesto para la compra de alimentos (partida alimentaria), la ratio de cocina y la ratio de comedor. Con ello, matizó que el precio del menú es una de las claves del modelo, pero, sobre todo, hay que tener en cuenta a los dos actores que envuelven el menú escolar: productores/as y cocineros/as. “Los primeros podrían recibir ayudas, pero no reciben apoyo estratégico para hacerlo. Para hablar de sistemas alimentarios saludables y sostenibles, estos actores son fundamentales, y debemos asegurar unos precios justos”, defendió N. Moré.
El menú es el nexo entre personas productoras y cocineros/as, y debe de adaptarse a la disposición de alimentos de temporada. Aquí es donde la compra pública puede mostrar su potencial de transformación del modelo alimentario.
La fundadora de Menjadors Ecològics mantuvo que desde la población podemos incidir en pequeños cambios, pero el nivel de problemática actual exige una respuesta a mayor escala. “La necesidad de un cambio de modelo ya existía antes de la COVID-19 por la cuestión del cambio climático. Estamos a un nivel de problemática que nos obliga a un cambio estructural superior. Sabemos que esta crisis es multisectorial y nos afecta a todas.
Estemos donde estemos, todos comemos, pero cómo lo hagamos y qué vayamos a comer será determinante en el modelo de sociedad donde vamos a vivir», apuntó Moré.
Tras estas ideas, Nani presentó las experiencias de las cocinas comunitarias, con ejemplos inspiradores de Palma de Mallorca y Orduña. “Una cocina comunitaria podría elaborar menús escolares por la mañana y menús sociales en horario de tarde”, apuntaba N. Moré como solución en este escenario post-COVID. “La gran pregunta que nos hacemos es a qué están esperando las administraciones”, concluyó.
En el turno de preguntas, se ahondó sobre esta y otras cuestiones. Os invitamos a escuchar el conversatorio completo, así como el resto de charlas que forman parte de este ciclo sobre alimentación sostenible.