Dinamizadoras de los proyectos de Trarza (Mauritania) / Pablo Santana
Las mujeres rurales de Mauritania, como en tantas otras partes del mundo, sufren una violencia simbólica y económica, están invisibilizadas en sus comunidades, tienen poco poder de toma de decisiones y comúnmente encuentran dificultades en el acceso a las tierras y los recursos tanto naturales como económicos. Todo pese a que muchas veces desarrollan un trabajo imprescindible para el sostén de la vida y de las comunidades rurales. Por eso, CERAI desarrolla proyectos para empoderarlas para que asuman roles de liderazgo y de responsabilidad en las economías familiares, con recursos y formación para que las mujeres de distintos países puedan poner en marcha iniciativas agrarias para autoconsumo y, en ocasiones, cuando la producción lo permite, también para el comercio.
El proyecto Apoyo al desarrollo inclusivo y sostenible de 16 cooperativas femeninas hortícolas de 4 comunas de la Región de Trarza, Mauritania financiado por la Generalitat Valenciana y que está en marcha desde 2019 ha facilitado la puesta en marcha de cooperativas de mujeres hortelanas. Estas agrupaciones representan un espacio de encuentro y participación para las mujeres en un sistema patriarcal que no facilita tierras de cultivo a las mujeres. En las fincas cooperativas, las mujeres cultivan esencialmente para el autoconsumo, con diversificación de cultivos, sin químicos, cuidando la salud de las personas y de su medio. También son una fuente de ahorro para sus familias. Las mujeres en las cooperativas se encuentran, cooperan y tejen lazos.
Gracias a esta iniciativa, se trabaja también por mejorar en la autonomía de los bienes agrarios, como la tierra o las semillas. Las semillas se conservan gracias al conocimiento y a la labor de las mujeres, y su visibilización y continuidad son necesarios para mantener el patrimonio vegetal en las comunidades rurales, en manos de las mujeres.
Por otra parte, se está desarrollando un modelo de huerto adaptado a las mujeres, contiguos a sus casas para facilitar la conciliación con las tareas domésticas y de cuidados y que mejore también la nutrición familiar y que con los excedentes de la huerta puedan generarles ingresos económicos a estas mujeres. Gracias al proyecto Promover la transición a un sistema alimentario justo y sostenible en la región de Gorgol que se lleva a cabo desde 2020 y que está financiado por la Generalitat Valenciana y la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID).
En el marco de este programa, se trabaja también facilitando corderos para que su cría y engorde genere ingresos a las mujeres, en un contexto en el que los animales, como otras propiedades, son destinados a los hombres.