CERAI

«El problema de los agricultores no es la Agenda 2030»

El Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI), en colaboración con La Unió Llauradora i Ramadera organizaron ayer una jornada para dar a conocer, a través de personas del sector y voces especialistas, las incoherencias del actual modelo agroalimentario. El fin último: construir alternativas.
El evento, celebrado bajo el título ‘Cultivando derechos. Las movilizaciones del campo con perspectiva global’, reunió en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural, de la Universitat Politècnica de València, a un nutrido grupo de personas.

Las protestas en varios territorios, como en el País Valencià, y en distintos territorios, no son un fenómeno aislado, son el reflejo de un sistema alimentario global y de las cadenas agroalimentarias que muestran sus fisuras. Este sistema, que debería garantizar el acceso universal a alimentos saludables, sostenibles y a unas condiciones dignas para productores y productoras, está fallando y afecta a productores/as, consumidores/as, a los medios rurales y al medio ambiente. Además, estas peticiones, que está realizando el sector en Europa a través de legítimas protestas, están ocurriendo también en los países del Sur.

Por todo ello, la organización valenciana deseaba generar un espacio de encuentro y diálogo. Porque es esencial escuchar las demandas realizadas por el sector: un modelo de producción coherente en condiciones de igualdad y derechos en el campo europeo y en otros países; garantizar precios justos para las personas productoras y una redistribución justa de los beneficios de la cadena alimentaria mediante la regulación y relocalización del mercado; poner los sistemas alimentarios locales y sostenibles en el centro de las políticas europeas y así como la defensa de acuerdos comerciales internacionales y de políticas de cooperación que protejan los mismo objetivos en todos los países.

La entidad reivindica un sistema agroalimentario que asegure el acceso universal de todas las personas a la seguridad alimentaria y la nutrición, un sistema que no ponga en riesgo los aspectos económicos, sociales, medioambientales y culturales.

La Unión Europea, gobiernos nacionales, administraciones locales, academia y sistemas de formación, organizaciones productoras, trabajadores/as del campo, agentes sociales y las sociedades en su conjunto han de colaborar para avanzar en esta agenda.

Otro sistema agroalimentario es posible en el Sur y el Norte global

Para abordar todos estos temas, la jornada contó con las voces de: Carles Peris, secretario general y Joanma Mesado, secretario técnico de La Unió Llauradora i Ramadera; Zohra Koubia, miembro de la Association Marocaine des Droits Humains (AMDH), desde la que recientemente han realizado un estudio sobre las condiciones de trabajo de los obreras agrícolas en el Laarache, en el norte de Marruecos; y Berta Vidal, coordinadora del área de investigación de la Fundació Espigoladors, entidad responsable de la investigación “Obrim el meló: l’impacte de les pèrdues alimentàries al Senegal en la producció de cultius per a l’exportació al Nord Global».

Desde La Unió LLauradora i Ramadera, su secretario general, Carles Peris abundó en las causas de las movilizaciones del sector. “El problema de los agricultores no es la Agenda 2030. Los agricultores y ganaderos ya salimos a las calles hace 40 años por unas condiciones de vida digna. Pero desde La Unió pedimos acuerdos internacionales con orden y reciprocidad, que aquello que exigen a nuestro país, se exija al resto de países, así como un mayor control fitosanitario”.

Los representantes de La Unió, también recordaron a las personas asistentes al evento la gran capacidad de influencia que tiene la ciudadanía en las decisiones políticas. “Además de votar cada cuatro años, cada día podemos comprar productos de origen valenciano o europeo y comprar productos de temporada”.

Por su parte, Zohra Koubia expuso la violencia de un sistema que es necesario modificar en el Norte y el Sur global. Y muy concretamente habló de cómo afecta a las mujeres agricultoras. “En el norte de Marruecos, las mujeres son las que trabajan en el sector agrícola. Suponen un 90% del total de trabajadores del sector. La mayoría lo hace sin contratos laborales, y sin ningún tipo de protección. Realizan jornadas de hasta 14 horas diarias por 4-6 euros”.

La activista hizo hincapié en que las condiciones de trabajo, especialmente las de las mujeres, no respetan sus derechos más fundamentales”.

La jornada también contó con la presentación de la investigación ‘Obrim el meló’, a cargo de Berta Vidal, responsable de la Fundació Espigoladors. Este trabajo, impulsado en colaboración con CERAI, y realizado en Senegal, aborda los efectos que tienen los cultivos producidos en el sur global para la exportación al norte global en las poblaciones locales. Además, visibiliza las vulneraciones de derechos y el alto coste ecológico del sistema alimentario imperante para los países del sur global.

“Y todo esto aquí también produce pérdidas de cultivos, que son síntoma de las relaciones desiguales y empeoran los efectos de la crisis ecosocial. Además, perjudica a agricultores pequeños y grandes”, sentenció Vidal.

Al final de la jornada, la organización realizó la lectura del manifiesto de apoyo del Sector Agroalimentario a Palestina.

CERAI ha organiza esta jornada en el marco de la campaña ‘El alimento que nos une’, financiada por la Segona i Conselleria de Serveis Socials, Igualtat i Habitatge de la GVA.

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