Esta semana, celebramos en València, la jornada ‘Agua, cambio climático y desertificación: consecuencias globales y locales en la alimentación’. En este espacio de encuentro, voces expertas del ámbito científico y de la investigación han analizado cómo está afectando el cambio climático en los sistemas alimentarios y las posibles soluciones para afrontar los efectos, concretamente en África y en la península ibérica.
La jornada, estructurada en dos mesas de debate, fue moderada por Jorge Cavero, director de CERAI y Arantxa García, responsable del área del Magreb. Entre los principales objetivos para organizar el evento, destacamos la necesidad de visibilizar y valorar el papel de los actores de desarrollo local en el manejo de la lucha contra el cambio climático y la producción agraria local y sostenible. Esto es algo imprescindible para alcanzar el ejercicio pleno del derecho a la alimentación y la resiliencia frente al cambio climático.
Los sistemas agroalimentarios son el problema, pero pueden ser parte de la solución
La primera mesa de debate, fue organizada bajo el título ‘Cambio climático, agua y desertificación: consecuencias en la alimentación’. En esta, Marta Rivera, investigadora del Grupo INGENIO CSIC-UPV, miembro del comité científico asesor del Programa Conjunto de la UE Agricultura, Cambio Climático y Seguridad Alimentaria (FACCE-JPI) y autora líder del 6º informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), destacó que los sistemas agroalimentarios tienen el papel más importante en lo que se refiere a los retos de mitigación, adaptación al cambio climático, pérdida de biodiversidad, el uso del agua y de los suelos, la deforestación. En este sentido, tal y como están diseñados en la actualidad, son uno de los principales causantes de los gases de efecto invernadero. Y al mismo tiempo, los que más sufren los impactos del cambio climático, pero a su vez, con los cambios adecuados nos permitirían ser más efectivos en la lucha contra el cambio climático y otros procesos de degradación.
“La agricultura tiene capacidad para regenerar los ecosistemas e incrementar la biodiversidad. Para ello es necesaria la transformación del sistema agroalimentario, para reducir estos gases y así mitigar los efectos del cambio climático porque está cambiando el suelo. Y esto produce inundaciones, migraciones… con un impacto social muy relevante”.
En esta línea Rivera señaló que las políticas climáticas no pueden desvincularse de las políticas para la erradicación de la pobreza y la desigualdad.
La investigadora también llamó la atención sobre la repercusión que el cambio climático tiene en la seguridad alimentaria. “Actualmente el 50% de la población mundial sufre obesidad o malnutrición. Y hay una desigualdad creciente. Hace 30 años dedicábamos un 30% de nuestra economía al consumo de alimentos, y actualmente dedicamos un 14%. Hoy el sistema alimentario está roto porque no contribuye a su función principal: alimentar a las personas. Y ni los agricultores son los culpables, ni los consumidores son los culpables. El culpable es el sistema”, ha manifestado Marta Rivera.
En este escenario, la investigadora ha indicado que las políticas han de ir encaminadas a detener las consecuencias de los gases de efecto invernadero y alcanzar una adaptación al cambio climático. Para ello, Rivera ha subrayado la necesidad de escuchar a las voces del ámbito científico, así como escuchar a las voces de la agricultura campesina tradicional. “Es urgente promocionar la agroecología que tal y como indicamos desde estos ámbitos es la solución. También es necesario actualizar las estrategias que se habían previsto para reducir la desigualdad social y favorecer la capacidad de resiliencia porque estamos siendo víctimas del sistema agroalimentario. Por ello hemos de reclamar el acceso a la tierra para defender una soberanía alimentaria”.
Prácticas con éxito para mitigar los efectos del cambio climático que se están desarrollando en El Sahel y en València
La segunda mesa redonda fue celebrada bajo el título ‘Alternativas desde la agricultura y la ganadería’. En esta, Abasse Amadou Tougiani, director de la investigación, especializada en agrosilvicultura, gestión sostenible de la tierra y agroecología en el Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Níger expuso una técnica de reverdecimiento que se está poniendo en marcha con éxito en El Sahel. En concreto, en países del África del oeste: Burkina, Níger y Senegal. “Es una medida que lucha contra el cambio climático y contra la desertificación. Además mejora el sistema agroalimentario”, ha señalado Tougiani.
Desarrollada desde hace varios años, esta técnica de reverdecimiento tiene un impacto muy positivo. “Contribuye a mejorar los sistemas agrosilvopastoriles, la retención del agua en los suelos, genera actividades económicas, especialmente para las mujeres a través de la recogida de la producción, aumenta la resiliencia de las comunidades, favorece el asentamiento humano y evita la despoblación”, ha destacado el investigador.
Asimismo, Rosa Vercher, doctora en ingeniería agrónoma y especialista en el control biológico de parásitos, ha compartido distintas medidas a través de la agroecología que se están aplicando también con éxito en València para favorecer la adaptación al cambio climático. Vercher, con su equipo de investigación, trabaja para favorecer la resiliencia y mejorar la fertilidad en los campos agrarios. “Estas prácticas agroecológicas contribuyen a aumentar los niveles de carbono, a regular de manera natural las plagas, a crear alimento, refugio, atracción de insectos, retención y acceso del agua y aumentar la fertilidad del suelo”.
Esta jornada de reflexión propositiva fue organizada por CERAI en el marco de la campaña de sensibilización ‘El alimento que nos une’. Esta tiene como objetivos principales: estimular la concienciación social sobre la realidad de las comunidades rurales en los territorios del sur y el norte global; abordar los retos comunes en la alimentación; favorecer el conocimiento de culturas alimentarias y fomentar el intercambio de experiencias comunitarias.
