CERAI

La delegación de la OTC-AECID en La Habana (Cuba) visita los proyectos de CERAI que financia

El 21 de marzo, la delegación de la Oficina Técnica de Cooperación (OTC) de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en La Habana (Cuba) visitó los proyectos de CERAI que ha financiado gracias a las convocatorias de 2017 y 2020. El grupo estuvo acompañado por el colectivo de personas beneficiarias, líderes cooperativistas de los municipios de Boyeros (La Habana) y Quivicán (Mayabeque), miembros de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), junto a sus representantes provinciales y municipales y el equipo de CERAI en Cuba. La delegación de la OTC-AECID valoró muy positivamente que se hayan alcanzado los objetivos en terreno, así como, la oportunidad de compartir un análisis en profundidad de cara a los nuevos retos que se plantean en la agricultura cubana. Esta jornada de trabajo reforzó la labor colectiva, la transparencia y visibilidad de los proyectos que CERAI desarrolla en la isla. 

El desarrollo rural es uno de los sectores prioritarios de la cooperación española en Cuba y se potencia desde las comunidades agrícolas, que son las verdaderas protagonistas del quehacer campesino cotidiano, y agentes de excepcional transcendencia en la ejecución y gestión de proyectos que revierten sus frutos en la sociedad civil en general. CERAI trabaja para que mejoren e incrementen su productividad alimentaria para que, así, consoliden un autoconsumo sostenible y duradero utilizando los recursos de cercanía, a la vez que puedan progresar de manera integral gracias a los ingresos provenientes de la comercialización a pequeña escala.  

En esta visita, las líneas de trabajo compartidas se centraron en dos proyectos: Apoyo al abastecimiento local de cadenas cortas en La Habana; mediante 4 cooperativas de Boyeros, que empezó en abril de 2021, y Fortalecimiento de los potenciales locales para la producción de alimentos en Quivicán, provincia de Mayabeque, que finalizó en julio de 2021.

Proyecto Apoyo al abastecimiento local de cadenas cortas en La Habana; mediante 4 cooperativas de Boyeros

Este proyecto abarca un colectivo beneficiario directo de 474 personas asociadas a cooperativas y 232 personas trabajadoras; de las cuales, 153 son mujeres asociadas y 54 contratadas. Sin embargo, su éxito no solo repercutirá indirectamente en las 195.301 personas que habitan Boyeros; sino que irá más allá de su radio de acción, ya que hablamos de un municipio clave en el abastecimiento de alimentos de toda la capital.

Es por ello, que en esta visita profundizamos en los resultados esperados: refuerzo de las 4 cooperativas en su fase de producción, transformación y comercialización; fomentando las cadenas cortas de distribución y la generación de valor agregado local, gracias a la adquisición de maquinaria de uso colectivo, a la producción escalonada de hortalizas y verduras mediante riego, umbráculos y túneles tropicales, así como a la producción de frutales en viveros y con una poda adecuada. 

Asimismo, CERAI apoya la continuidad de la cadena alimentaria, incentivando la capacidad productiva de la miniindustria local y equipando los puntos de acopio y venta, para que estas cooperativas optimicen la distribución de sus cosechas y productos elaborados. Este aspecto fue muy bien acogido por la población destinataria del proyecto y altamente valorado por el equipo de la OTC-AECID durante su recorrido por la cooperativa Camilo Cienfuegos, que alberga una miniindustria para la transformación de pulpa de mango, tomate y ají que, posteriormente, venden a hospitales, colegios públicos y sector turístico de la capital. «Esta pequeña manufactura es un ejemplo más de la casi inigualable resiliencia del pueblo cubano: con equipos de la década de los 70, cada día ponen a prueba su imaginación para sacar adelante las metas de producción; instituyéndose en referente de la economía circular, no solo en su zona, sino también para nosotros, los pobladores de países ‘más desarrollados’ que todavía vivimos en la filosofía de comprar, usar y tirar», asegura el cooperante de CERAI de Cuba, Francisco Cacheira.

En este sentido, CERAI sigue poniendo todo su empeño en esta colaboración y ya está gestionando la recepción de equipamiento agrícola para modernizar esta pequeña fábrica, solo a la espera de su llegada a puerto. Por su parte, Modesto Abreu Díaz, jefe del departamento de Cooperación Internacional de la ANAP, agradeció este impulso para la industrialización de las cooperativas que, aunque de manera paulatina y todavía a pequeña escala, va cubriendo las expectativas del campesinado y ha venido para quedarse. 

En paralelo, dentro de este proyecto, el Centro Félix Varela imparte talleres de género, de factibilidad y gestión de planes de negocio y de planificación estratégica. Gracias a estos, las personas cooperativistas se capacitan para abordar los asuntos que les competen. Además, permiten que haya un cambio de mentalidad y las mujeres rurales se incorporen a cargos de representación y círculos de poder para la toma de decisiones, dentro y fuera de la comunidad.

Proyecto Fortalecimiento de los potenciales locales para la producción de alimentos en Quivicán, provincia de Mayabeque

Este proyecto se ejecutó en plena crisis sanitaria por la COVID-19, por lo que sufrió algunos retrasos. No obstante, se pudieron reprogramar todas las actividades formuladas. «Una vez más, el pueblo cubano hizo gala de su sabiduría contribuyendo al desarrollo humano sostenible, a partir del fortalecimiento de su estrategia en la producción local de alimentos», explica el técnico de CERAI en Cuba, Francisco Cacheira.

La población beneficiaria directa de este proyecto está conformada por 7 cooperativas, en las que 827 son personas asociadas y 123 personas trabajadoras, más sus respectivas familias, lo que suma un grupo aproximado de 4.750 personas. Sin embargo, las personas implicadas supieron hacer llegar el impacto del proyecto a la totalidad de los ciudadanos del municipio, 14.661 mujeres y 15.326 hombres.

El eje vertebrador de esta iniciativa consistió en la mejora de las maquinarias agrícolas y de servicio de comercialización, mediante la dotación de nuevos equipos y la habilitación de un taller de reparación y mantenimiento, lo que se tradujo en un salto cualitativo a nivel productivo: un 15% más. A la par, se trabajó en afianzar la red de servicios intercooperativos, consiguiendo que un total de 15 cooperativas estrecharan lazos y se beneficiaran de las prestaciones desarrolladas por el proyecto. 

De este modo, se puso en marcha un modelo de desarrollo local sostenible en el municipio de Quivicán, en el que todos aportan, la experiencia se ensancha, «e incluso, se empieza a vislumbrar un cierto interés en la población más joven que puede garantizar el relevo generacional, a veces tan difícil de mantener en el ámbito rural», explica Francisco Cacheira. «Sin embargo, cabe señalar que no todos los problemas se pueden resolver en un solo proyecto. La dificultad para la comercialización de productos desde las cooperativas hacia la capital es recurrente, debido a los altos precios o carencia de combustible en el país», concluye.

Para finalizar la visita, Juan Ovejero, responsable de la OTC-AECID en Cuba, agradeció la implicación de todos los actores en ambos proyectos y los resultados obtenidos. Recalcó que están colaborando con la Universidad Agraria de La Habana (UNAH) para la puesta a punto de microproyectos de investigación agrícola y ganadera, y que, recientemente, han creado la Escuela de postgrado Hispano Cubana de Agricultura en el seno de la misma, por lo que podrá ser una línea de colaboración en próximas iniciativas de cooperación con la implicación de la ANAP, CERAI y los actores locales.

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