Imagen: Mercado de agricultura familiar en la ciudad de La Paz, vía CIPCA Bolivia
Desde CERAI seguimos de cerca la información internacional que nos llega desde nuestras entidades socias y desde las redes con las que colaboramos. Es relevante constatar que la pandemia ha desencadenado una fuerte respuesta desde la solidaridad y el activismo de base en todas las partes del mundo.
También hemos confirmado que la crisis ha demostrado que necesitamos unos sistemas alimentarios más resilientes. Todas las soluciones de expertos apuntan a la agroecología y la soberanía alimentaria como soluciones, algo que en CERAI llevamos defendiendo desde hace más de 25 años junto con nuestras organizaciones y redes amigas.
Compartimos a continuación el tercer resumen de noticias de ámbito internacional, y damos las gracias a nuestras organizaciones socias y redes amigas por la magnífica labor de sensibilización y comunicación que están realizando desde que estalló la crisis a nivel mundial.
ÁFRICA
La situación de la población refugiada en los campamentos de Tinduf, según un comunicado de la Media Luna Roja Saharaui, es positiva en lo que se refiere a la contención de la pandemia, pero preocupante en el aspecto socioeconómico debido al cierre de las fronteras, la falta de llegada de ayuda humanitaria y la disminución de actividades comerciales y económicas. En este contexto, desde la Delegación Saharaui para España de CEAS-Sáhara se ha hecho un llamamiento urgente para actuar con urgencia y evitar un mayor deterioro en la situación humanitaria.
En Túnez, la Unión Nacional de la Mujer Tunecina ha respondido a la crisis de la Covid-19 organizándose para distribuir ayuda material y en especie a más de 5.000 familias necesitadas en la mayor parte de regiones del país. Fundamentalmente han distribuido productos detergentes y alimentarios, además de difundir campañas de sensibilización para animar a la población a seguir las medidas de confinamiento.
Otro aspecto que preocupa en África ante el avance de la COVID-19 es el retroceso de los derechos en materia de acceso a la tierra. Según ha manifestado la International Land Coalition, las implicaciones de la COVID-19 van más allá de la economía y la salud, pues la pandemia ha detenido la implementación de las leyes y regulaciones sobre la tierra y ha detenido los procesos que brindan seguridad de tenencia y protección para los pequeños agricultores y los pueblos indígenas.
La situación de las mujeres despierta especial preocupación, al ser uno de los sectores de la población que va a sufrir de forma más importantes las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Desde la organización de Senegal Initiative Prospective Agricole et Rurale (IPAR) se comparte un mensaje del Secretario general de las Organización de las Naciones Unidas, António Guterres, que pone de manifiesto la mayor vulnerabilidad de la población femenina ante la pandemia, pues casi el 60% de las mujeres en todo el mundo trabaja en la economía informal.
En Cabo Verde, las redes de la pequeña producción están respondiendo con solidaridad a la situación ofreciendo toneladas de productos hortícolas para las plataformas que gestionan la entrega de alimentos a las familias vulnerables.
Por otra parte, en las islas de São Vicente, Santo Antão y São Nicolau, la Associação dos Amigos da Natureza (AAN), junto a CERAI, el Secretariado Nacional para Seguridad Alimentaria y Nutricional, Alimentar e Nutricional Inspeção Geral do Trabalho, el FICASE, las Cámaras Municipales, las Delegaciones del Ministerio de Agricultura y Ambiente y la Plataforma de Ongs de Cabo Verde, hemos activado un fondo de emergencia en el marco del proyecto “Alianza para el Derecho Humano a una Alimentación Adecuada e iniciativas de Empoderamiento de Jóvenes y Mujeres Rurales”, financiado por la Unión Europea. El objetivo de este plan es la contingencia y la mitigación de la COVID-19 a través del apoyo a organizaciones de la sociedad civil, para que puedan realizar iniciativas comunitarias de respuesta urgente a la emergencia.
Finalmente, en el marco del Projeto FATA e Projeto Rotas do Fogo, en colaboración con COSPE, las Cámaras Municipales de Mosteiros y Santa Catarina de Fogo, la Associação de Guias de Turismo de Chã das Caldeiras, el Parque Natural do Fogo y el Ministerio de Agricultura y Ambiente, hemos activado un plan de contingencia a través del cual se ha realizado una entrega de alimentos para animales a las asociaciones rurales, especialmente para las familias productoras de leche más afectadas por las consecuencias socioeconómicas del estado de emergencia.
AMÉRICA LATINA
En América Latina, la International Land Coalition ha alertado de que la pandemia no ha servido de tregua para detener la violencia contra las defensoras de la tierra. La organización internacional destaca que la crisis sobreviene en un momento en el que el conjunto de productores y productoras de alimentos a pequeña escala está muy debilitado y es el colectivo más vulnerable frente a la pandemia, al estar históricamente postergado por las políticas de desarrollo y el modelo capitalista. La ILC afirma que las medidas de apoyo para los sectores campesinos e indígenas establecidas desde el inicio de la pandemia son insuficientes, y se pide una acción urgente para apoyar a quienes alimentan al mundo.
En Cuba, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) sigue reportando acciones de solidaridad de las personas campesinas para apoyar a los sectores más vulnerables de la sociedad, como la donación de alimentos para hospitales y centros de aislamiento de pacientes afectados por la COVID-19. Como dicen desde la ANAP, el papel de los campesinos y las campesinas está siendo más que estratégico, imprescindible, en estos tiempos de pandemia.
En Colombia, las organizaciones campesinas han entregado al Gobierno propuestas urgentes frente a la COVID-19. A través de una carta abierta, un grupo de 47 organizaciones campesinas regionales y 8 estatales ha pedido medidas que protejan a esta población para evitar que la pandemia termine por profundizar la desigualdad histórica que vive esta población.
En Brasil, desde UNISOL se está llevando a cabo una distribución de cestas de alimentos procedentes de la agricultura familiar y kits de higiene, entre los cuales se encuentran las mascarillas de algodón orgánico confeccionadas por mujeres costureras de la Justa Trama. Por su parte, el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra sigue distribuyendo alimentos y material de higiene entre las comunidades, mientras que las mujeres refuerzan lazos de apoyo y autocuidado en los campamentos y asentamientos del MST.
En Bolivia, nuestra entidad socia local, el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), está evaluando constantemente el impacto de la COVID-19 en la población rural e indígena y, particularmente, sobre la agricultura familiar y el ejercicio de los derechos económicos, políticos y sociales. Desde la organización se remarca que el trabajo de promoción de los sistemas productivos campesinos, mediante prácticas agroecológicas, cobra mayor importancia en este contexto, pues las familias que cuentan con parcelas diversificadas tienen mejores posibilidades de producir sus propios alimentos y el desabastecimiento de alimentos secos no les genera impacto.
Por ello, frente a la coyuntura generada por la COVID-19 en el país, CIPCA se ha sumado a un pronunciamiento impulsado por organizaciones sociales de productores, ONG y colectivos que trabajan en desarrollo rural, para revalorizar el rol de la Agricultura Familiar. Desde CIPCA también informan de que en Torotoro se están llevando a cabo prácticas de trueque entre las comunidades para resolver los problemas de abastecimiento de alimentos que ha originado la pandemia. Finalmente, la organización campesina también está colaborando con las autoridades municipios rurales de Cochabamba y Potosí para facilitar motofumigadoras destinadas a tareas de desinfección y fumigación.
COMUNICADOS DE ORGANISMOS Y REDES INTERNACIONALES
Acabamos el recorrido de información internacional sobre la COVID-19 con tres apuntes. En primer lugar, recogemos la alerta de la ONU ante lo que define como una pandemia alimentaria, pues el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas calcula que el impacto económico de la pandemia puede llevar a una «catástrofe humanitaria» al duplicar el número de personas que padecen hambre en el mundo.
Por otro lado, el panel internacional de expertos en sistemas alimentarios sostenibles, IPES-Food, ha lanzado un comunicado donde evalúa los 100 días de la pandemia y afirma que las medidas tomadas para frenar la crisis deben de ser el punto de partida para una transformación del sistema alimentario que genere resiliencia en todos los niveles. El informe de IPES-Food incide en la necesidad de tomar medidas inmediatas para proteger a los más vulnerables y de llevar a cabo con urgencia un cambio de paradigma de la agricultura industrial a sistemas agroecológicos diversificados.
Finalmente, compartimos el comunicado enviado por La Vía Campesina, IPES-FOOD, FIAN y otras organizaciones internacionales a los ministros de agricultura del G20 con motivo de la reunión extraordinaria convocada por el G20, haciendo un llamamiento para que actúen de manera urgente en la protección de la nutrición y la seguridad alimentaria mundial. “Las medidas de urgencia de esta crisis no deberían distraernos de la también urgente necesidad de reformular el sistema de alimentación”, recoge la declaración: Mensaje a los ministros de agricultura del G20.
Como conclusión, queda claro que en el escenario post-Covid no podemos volver atrás:
Otra alimentación y forma de convivencia con el planeta es posible y necesaria.