CERAI

Participamos en la sesión 51 del Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO con el Foro de Luchas por la Tierra y los Recursos Naturales

Evento durante la celebración de la 51 sesión el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO – ©FAO/Giulio Napolitano

Esta semana del 23 al 27 de octubre se está desarrollando la 51 sesión el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO. El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) se creó en 1974 como la principal plataforma internacional, intergubernamental e incluyente para trabajar de manera conjunta para eliminar el hambre y a garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos y todas.

En esta sesión, se ha presentado el informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo en 2023, que revela que el hambre en 2022 ha afectado al 9,2% de la población mundial, entre 691 a 783 millones de personas. Un dato muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia de la COVID-19, que afectó al 7,9 % registrado en 2019 (de media, 122 millones de personas más que en 2019).

En todo el mundo, la inseguridad alimentaria afecta de forma desproporcionada a las mujeres y a los habitantes de las zonas rurales. En 2022, la inseguridad alimentaria moderada o grave afectó al 33,3 % de los adultos que habitaban en zonas rurales, frente al 28,8 % de los que vivían en zonas periurbanas y el 26,0% de los que residían en zonas urbanas. La inseguridad alimentaria es más frecuente entre las mujeres adultas que entre los hombres en todas las regiones del mundo. En 2022, el 27,8 % de las mujeres adultas padecían inseguridad alimentaria moderada o grave, frente al 25,4 % de los hombres, y la proporción de mujeres que hacían frente a inseguridad alimentaria grave era del 10,6 %, frente al 9,5 % de los hombres.

En el marco de esta sesión, el 27 de octubre, CERAI apoyará al Foro de Luchas Por la Tierra y los Recursos Naturales (FLT) en dos actos:

  • ¿Transición justa o acaparamiento verde? Acción climática intensiva en tierras y protección de los sistemas alimentarios sostenibles de los pueblos indígenas y las comunidades locales (más información).
  • Seguridad de la tenencia para todos: argumentos a favor de la acción local y mundial para avanzar en la aplicación de las directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional (más información).

Las personas que deseen seguir estos dos eventos vía online pueden hacerlo registrándose aquí.

El FLT es una coalición internacional de organizaciones campesinas y de defensores de los recursos naturales, del que CERAI forma parte, y que defiende que: 

  • ¡Acaparamiento de tierras: causa conflictos! El acaparamiento de tierras impide o degrada el acceso a recursos vitales para las poblaciones. Por lo tanto, las economías locales se ven perturbadas y se producen grandes movimientos de población, guerras e inseguridad. La concentración de tierras agrícolas también lleva a las personas a abandonar el campo, sin encontrar trabajo en la ciudad, lo que les lleva a la precariedad, el desempleo o la emigración. Este fenómeno, si bien desestabiliza el país, aumenta las tensiones regionales e internacionales. La tierra y los recursos naturales son a menudo un factor descuidado en los conflictos en todo el mundo. Por tanto, la lucha por la paz y la democracia requiere el reconocimiento y la seguridad de los derechos consuetudinarios sobre la tierra de las poblaciones rurales.
  • ¡La tierra es el bien común de la humanidad! La tierra, el agua y los recursos naturales son bienes comunes: desempeñan un papel central en el ecosistema y en las relaciones de interdependencia entre los seres humanos y la naturaleza. La privatización de los bienes comunes es una de las fuentes de problemas, pobreza y conflictos medioambientales en todo el mundo. Para las comunidades que dependen de ellos, su acaparamiento es una pérdida de medios de vida.  También deteriora gravemente nuestra alimentación y nuestro medio ambiente. Dado que la degradación de los bienes comunes perjudica a todxs, identificar la tierra como bien común significa reclamar su gestión democrática y el reconocimiento de los derechos de las comunidades que la utilizan. Los marcos jurídicos y políticos a todos los niveles deben tener en cuenta estas interdependencias. Los bienes comunes deben ser reconocidos como tales y salvaguardados.
  • ¡Debemos defender el acceso de las mujeres a la tierra! Las leyes siguen discriminando con demasiada frecuencia a las mujeres en términos de acceso a la tierra. Incluso cuando las leyes afirman la igualdad de género en la herencia y el registro de tierras, en todo el mundo las prácticas locales , como resultado de sistemas patriarcales ,siguen siendo más favorables a los hombres que a las mujeres en cuestiones de acceso y control de la tierra. A pesar de su papel esencial en la producción agrícola, con demasiada frecuencia las mujeres siguen siendo invisibilizadas y su trabajo desacreditado. Defender su acceso concreto a la tierra es esencial para defender la agricultura campesina en todo el mundo
  • ¡Defendamos el acceso a la tierra de lxs jóvenes en todo el mundo! Lxs jóvenes se enfrentan a muchos obstáculos para establecerse o hacerse cargo de las tierras familiares. A la alta concentración de las tierras se suman, además tienen dificultades financieras, como el acceso a préstamos. Las barreras también son culturales, ya que a menudo se favorece a las personas mayores para la instalación. Esto conduce a una ruptura de la continuidad generacional que amenaza y debilita gravemente a las comunidades campesinas. Estas dificultades, combinadas con la falta de servicios públicos, están provocando fuertes movimientos de jóvenes hacia los centros urbanos. Una gran parte de estxs jóvenes vive en la precariedad o el desempleo, lo que genera una pobreza masiva. No es sólo la agricultura campesina sino la sociedad en su conjunto la que se ve amenazada. 
  • ¡Defendamos la agricultura campesina agroecológica para proteger el medio ambiente! La tierra y los recursos naturales son un patrimonio que debe transmitirse a las generaciones futuras, la agricultura campesina y familiar se integra de forma sostenible en los ecosistemas. Protege y enriquece la biodiversidad al fomentar la regeneración y protección del suelo, la gestión asociada de biodiversidad cultivada y no cultivada (árboles, setos,  vegetación de apoyo y cobertura) Sostiene la economía local, desarrolla cadenas cortas de suministro y distribuye los recursos de manera más equitativa. Limita la contaminación del agua y del suelo causada por pesticidas, permitiendo una mejor absorción del dióxido de carbono. Esto, contribuye a abordar el desafío climático y a garantizar el equilibrio de los ecosistemas. Por último, protege a las comunidades indígenas y a las minorías étnicas, sus conocimientos y son respuestas a los desafíos ecológicos del siglo XXI !
  • ¡Construyamos una sociedad más rica mediante la agricultura campesina y familiar! La agricultura campesina y familiar protege y enriquece la biodiversidad. Fomenta la diversidad cultural y preserva la solidaridad local y los lazos sociales. La agricultura campesina produce más riqueza por hectárea y empleos. Además, al no considerar su trabajo como un costo, tiende a hacer el mejor uso de la fuerza de trabajo tratando de distribuir equitativamente la riqueza producida. La agricultura campesina enriquece los vínculos sociales y culturales, fortalece a las comunidades locales en una relación sana con los ecosistemas.

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