El proyecto de CERAI ‘Trabajando la Tierra para Alimentar el Futuro’ ha llegado a su final recogiendo buenos frutos, con el impulso a iniciativas exitosas en el ámbito de los huertos sociales y ecológicos en el entorno de Valencia. El proyecto ha servido de impulso a huertos sociales que ya existían como ‘Fent Camí’, de la Asociación de Vecinos y Vecinas de Nazaret, y ‘L’Animeta’, de la asociación Nova Feina. Pero también ha permitido la creación de nuevas experiencias, como es el caso del Huerto de Almácera, a través de Cáritas.
La agroecología como herramienta de inserción socio-laboral
El proyecto ‘Trabajando la Tierra para alimentar el Futuro’ arrancó en 2012. CERAI ha sido la entidad encargada de realizar la formación con el objetivo de que los beneficiarios- personas en riesgo de exclusión social- adquirieran las competencias necesarias para gestionar un huerto orientado al autoabastecimiento y comercializar los posibles excedentes de la producción obtenida. El proyecto ha contado con la financiación de la Obra Social de Kutxabank y la colaboración de las entidades Consorcio Pactem Nord, Cáritas Diocesana, Fundación Novaterra, Fundación Novafeina, Sercoval, Asociación de Vecinos y Vecinas de Natzaret y la Fundación Assut.
La formación ha abordado las bases conceptuales de la agroecología, las técnicas de producción y de cultivo ecológico, y la comercialización de productos ecológicos, con el objetivo final de lograr la inserción socio-laboral de los participantes. Para celebrar la finalización del proyecto el jueves 11 de diciembre se celebró un acto de clausura en el Salón de Actos del antiguo edificio de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Allí se expusieron las diferentes experiencias iniciadas por los alumnos del curso en el entorno de la ciudad de Valencia. Se contó con la presencia de una representante de la Kutxabank y del director del CERAI. Los alumnos recibieron un pack de herramientas de labranza como apoyo para que continúen con el trabajo con la tierra.
Testimonios como el de Amparo Candela, de la asociación L’Animeta, de Quart de Poblet (Valencia), demuestran el potencial de la agroecología como vía de socialización y de prospección de nuevas oportunidades de empleo.