El Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI) organizó esta semana un conversatorio para dar a conocer a la población valenciana las realidades de la agricultura en Mauritania y Senegal, concretamente del cultivo de arroz y otros cereales olvidados. Todo ello tomando como punto de partida la investigación periodística ‘El imperio del oro blanco’, impulsada desde la organización, y desarrollada por los periodistas Xavier Aldekoa, Laura Aragó y Èlia Borràs. Esta se ha materializado en un reportaje multimedia en La Vanguardia. Algo que también dio pie a abordar la relación entre la cooperación y el periodismo, y cómo su alianza puede ser muy beneficiosa para llegar a tener sociedades más conectadas y justas.
El encuentro, desarrollado en el Colegio Mayor Rector Peset y moderado por Jorge Cavero, director de CERAI, también contó con la asistencia de Pedro Carceller, director general de Inclusión y Cooperación al Desarrollo; de Enric Asensi, presidente de la Coordinadora Valenciana de ONGD y de Edurne Caballero, presidenta de CERAI.
Es una realidad que los sistemas agroalimentarios actuales no garantizan la soberanía alimentaria de la población. Y también que es urgente trabajar para alcanzar una transformación de estos en sistemas más sostenibles y justos. Un tema que apareció a lo largo de todo el conversatorio, ‘La crisis del arroz: un reto global para la soberanía alimentaria’, en el que participaron el equipo de periodistas y Arantxa García, responsable de proyectos del área del Magreb de CERAI.
¿Por qué hablamos de crisis del arroz? ¿Qué significa? Arantxa García destacó que es un tema con una conexión emocional y cultural. ”Se trata de una cuestión que conecta el norte y el sur global, aunque con consecuencias distintas. La pérdida de soberanía alimentaria y la creciente dependencia del exterior han debilitado la autonomía alimentaria en muchas regiones”.
La responsable del área del Magreb explicó cómo el colonialismo francés transformó el paisaje agrario del valle del río Senegal, sustituyendo cultivos locales como el mijo por el arroz, a través de políticas de ajuste estructural y sistemas de riego. Aunque el arroz es un cultivo ancestral en África, se cultivaba en zonas más húmedas y no en áreas áridas como el Sahel.
En esta línea, Elia Borràs explicó cómo Francia organizó un sistema económico en el que sus colonias en Asia producían arroz que luego se exportaba a África, mientras que Senegal se centraba en el cacahuete. “Así se consolidó una dependencia alimentaria que persiste hasta hoy”.
Durante la charla mantenida, fue evidente que el desequilibrio del sistema alimentario actual se refleja en la dependencia del arroz en regiones con escasez hídrica. Xavier Aldekoa destacó que, en promedio, cada senegalés consume 115 kilos de arroz al año. “Un aumento del 40% en su precio puede tener consecuencias mortales para muchas familias, especialmente tras la crisis de la COVID-19 y el conflicto en Ucrania, que encarecieron los cereales”.
Laura Aragó fue la encargada de presentar la tercera parte del reportaje, centrada en la crisis climática. Y volvió a relatar la historia de niños que espantan pájaros durante dos meses para proteger los cultivos, como consecuencia del cambio en los patrones climáticos. “Las cosechas se pierden por el aumento de la presión de las aves y el retraso de las lluvias”, destacó la periodista.
El futuro del arroz y la responsabilidad del periodismo
Ante la pregunta sobre el futuro del cultivo del arroz, Arantxa García reconoció la dificultad de preverlo. “Es cierto que el arroz es un alimento fundamental por su facilidad de cocción, valor calórico y papel en contextos de malnutrición. Aunque es importante apostar por diversificar la dieta”.
Y hablando del arroz en África, Elia Borràs aprovechó una de sus últimas intervenciones para insistir, “es necesario explicar África en los medios desde otras perspectivas que no sean la pobreza, la miseria y la guerra”. También subrayó la necesidad de relaciones equitativas entre periodistas y ONG, y celebró la difusión del reportaje, que recibió el Premio Desalambre.
Por último, sobre el rol del periodismo en la cooperación, Aldekoa reclamó responsabilidad para evitar narrativas simplificadas o centradas exclusivamente en el drama. “África no puede ser explicada solo a través de los proyectos de ONG, y el reportaje fue una oportunidad para mostrar una visión más compleja”.
Este evento fue organizado en el marco de la campaña ‘El alimento que nos une’ y cuenta con el apoyo de la Vicepresidencia y Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana.