El proyecto para la mejora de la seguridad alimentaria se ha llevado a cabo en los municipios costeros de Manzanillo y Amancio, con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). La iniciativa ha servido de apoyo a 15 cooperativas locales, las cuales han logrado un aumento significativo de la producción agraria y de la producción de carne.
El proyecto, que concluyó el pasado 30 de mayo, ha sido realizado por CERAI y ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequeños) con el financiamiento de la AECID (251.353 euros).
El objetivo era fortalecer la producción local de alimentos, es decir, la capacidad de los municipios para el aprovechamiento de sus potencialidades de autoabastecimiento, a fin de reducir los altos costes de importación de alimentos o transportes terrestres de unas regiones a otras.
Para ello se seleccionaron 15 cooperativas de alta potencialidad y se realizó un intenso trabajo de capacitaciones y mejora del equipamiento para que las cooperativas pudieran dar a los campesinos los servicios que les permitieran aumentar sus producciones.
Durante la ejecución se han entregado 2 tractores nuevos, 6 arados y 4 gradas, se han remotorizado 6 tractores y 4 camiones, se han equipado 2 talleres para mantenimiento de maquinaria agrícola y se han informatizado las oficinas de las 15 cooperativas.
Pero para lograr mejores producciones, lo más importante es hacer una buena gestión de los recursos disponibles, para lo que se ha trabajado en un amplísimo programa de capacitaciones. El programa se compuso 77 sesiones de capacitación con la participación de 972 alumnos, de los que 325 fueron mujeres.
Con esta combinación de equipamiento clave y capacitación se ha alcanzado un aumento de la producción agraria del 42% en las cooperativas del proyecto y del 130% en la producción de carne.
La estrategia de las cooperativas en la comercialización ha sido destinar un mayor porcentaje de sus producciones a la alimentación de los animales. De este modo han logrado aumentar el valor añadido a sus productos y han reducido las dificultades de comercialización de los incrementos de producción por la escasez de vehículos y combustible.
“Este proyecto nos ha cambiado la forma de pensar”, afirman los beneficiarios
Los beneficiarios hicieron muy buena valoración del impacto de las capacitaciones, calificando las capacitaciones de fortalecimiento de la gestión del cooperativismo con 9,9, las de planificación estratégica con 9,6, las de equidad de género con 9,6 y las de agroecología y permacultura con 9,4.
Además, calificaron con un 10 el beneficio que les ha aportado el proyecto y con otro 10 las bases que les ha dejado el proyecto para seguir desarrollándose al finalizar el financiamiento.
Ahora cada cooperativa ya sabe hacia dónde desea avanzar, ya que cada una de ellas ha elaborado su propio Plan estratégico de desarrollo, que han confeccionado junto con los asociados durante el proyecto, analizando sus fortalezas y debilidades y las oportunidades y amenazas de los mercados a los que pueden acceder.
Y es que, como indicaban los asociados en las reuniones finales, “este proyecto nos ha cambiado la forma de pensar, ya que no vino a traernos pescado sino a enseñarnos a pescar”.
